Objetivo cumplido: «Vivir Mejor» construyó soluciones habitacionales a familias florenses

De la mano de TECHO, la ONG florense cumplió días pasados con su objetivo de ayudar a florenses con la instalación de viviendas de emergencia en distintos lugares de la ciudad. Decenas de voluntarios hicieron realidad durante tres días el sueño de familias que requerían soluciones habitaciones y que, en muchos casos, vivían en condiciones precarias. A horas del trabajo culminado, «Vivir Mejor» agradeció, a través de sus redes sociales, a quienes hicieron posible el sueño. «Es difícil encontrar las palabras para describir algo que excede completamente lo que uno pueda decir. Agradecer, agradecer y agradecer son las primeras que se nos ocurren. Primero a las familias, que les abrieron la puerta de su casa a unos desconocidos y nos permitieron brindarles una pequeña solución a un gran problema, en un fin de semana de trabajo. A los voluntarios que viajaron para estar acá y ayudarnos a llevar a cabo jornadas espectaculares, donde se construyeron casas y lazos que perdurarán en el tiempo». Más adelante manifestaron que «valoramos enormemente las renuncias que significaron estar acá y nos alegra muchísimo que hayan elegido brindar sus manos en nuestra ciudad. ¡Son y serán siempre muy bienvenidos!. A los voluntarios florenses por involucrarse con sus vecinos, dedicar el tiempo y el esfuerzo a aprender, intentar, compartir y conocer gente nueva. A todas las personas que, fuera de la construcción, estuvieron yendo de acá para allá haciendo hasta lo imposible por estar en todos lados (con los detalles y contratiempos que surgen de organizar tantas cosas al mismo tiempo). Estamos cansados pero muy conformes con el resultado. Valió la pena el esfuerzo y recibir frases como “nos cambiaron la vida” hacen que nuestras expectativas se hayan superado ampliamente. Estamos tratando de reponer energías. Gracias a muchísima gente que comparte nuestras mismas convicciones. La de aportar un pequeñísimo granito de arena para que este mundo sea apenas un poco menos desigual. La convicción de que NADIE debería vivir en una casa donde no haya un baño, o de chapa o con una sola habitación para 5/6 personas. Muy cansados pero felices de haber podido hacerlo en nuestra ciudad. Conmovidos por el agradecimiento de las familias a quienes se les construyeron las viviendas, capaces de regalarnos frases como “nos cambiaron la vida”, cuando solo ofrecimos una pequeña solución para grandes problemas. Emocionados por aquellos que se ofrecieron a trabajar como voluntarios para dejar las viviendas terminadas. Que, como nosotros, están convencidos que vale la pena dedicar tres días de su vida al prójimo. Felices por aquellos que, sin saber bien de qué se trataba, abrieron sus ojos a otra realidad, se conmovieron y movilizaron.