21 de enero de 2025

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La filial argentina de una empresa china importó 5 respiradores con ayuda de la casa matriz

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Cinco respiradores artificiales que ya están a disposición del ministerio de Salud de la Nación, llegaron desde China a nuestro país, en una acción solidaria que logró hacerse en tiempo y forma por la perseverancia en la gestión. Y un dato no menor es que, más allá de no conseguirse fácilmente, justamente por la escasez actual este instrumento médico ahora vale 10 veces más que cuando se hizo la referida compra.

La idea, felizmente hecha realidad, surgió en la filial argentina de Syngenta, una empresa de insumos agropecuarios con casa central en la potencia asiática (hace tres años la empresa anglo suiza fue adquirida por el grupo ChemChina).

Cuando la preocupación por la pandemia se empezaba a instalar en nuestro país, percibieron el temor, particularmente en muchas pequeñas y medianas localidades del interior del país, que organizaban colectas y donaciones porque en sus hospitales contaban con pocos -o ninguno- de este producto crucial para defender vidas contra el coronavirus. Así surgió una pregunta natural: “¿Cómo podemos ayudar?”

Primero intentaron comprar respiradores a proveedores argentinos, desde donde les respondieron que podían entregarlos en 60 días. Igual, eso no habría podido efectivizarse porque luego a las dos empresas cordobesas especializadas se les intervino oficialmente la producción.

Entonces buscaron por otro lado y averiguaron en Rosario, donde un grupo de jóvenes innovadores desarrollaron un prototipo de bajo costo. Pero tampoco daban los tiempos, al menos pasa cumplir el deseo de tenerlos disponibles en el corto plazo.

Hasta que hubo un plan que funcionó. Por eso la voluntad que tuvieron los impulsores de esta iniciativa podría encuadrarse en el slogan “la tercera es la vencida”. Aunque no fue fácil, como demuestra el solo hecho de que los tuvieron que traer desde el otro lado del mundo.

En esta cadena solidaria llegó a participar el CEO global de Syngenta, que fue atento ante la inquietud de los directivos argentinos de la compañía. Los puso en contacto con sus pares de China, y durante una semana llevaron adelante esa peculiar gestión utilizando todos los husos horarios: acá contestaban mensajes en momentos diurnos de Oriente, y viceversa.

Finalmente, los 5 respiradores artificiales por los que bregaron varios ejecutivos de ChemChina llegaron al puerto de Buenos Aires, el miércoles pasado, cuando ya habían multiplicado el precio internacional al que fueron adquiridos. Eso expone la importancia del momentum. Así en la salud como en la economía, actuar con celeridad tiene sus ventajas.

Para evitar contratiempos, mientras los respiradores viajaban miles de kilómetros se formalizó la donación, de modo que cuando los respiradores llegaron a la Aduana ya estaban asignados a las autoridades sanitarias del país, que tienen todas las prerrogativas para retirarlos de allí con prontitud.

Esos 5 aparatos importados se sumaron a otros 2 respiradores artificiales de uso pediátrico, que Syngenta compró a proveedores argentinos y los donó a un sanatorio cordobés.

El círculo virtuoso siguió inspirando. Otro ejemplo de ello fue la donación que hicieron, al Hospital Malbrán, de unos aparatos de biología molecular, originalmente utilizados para el estudio de vegetales, pero que con las adaptaciones correspondientes son compatibles para analizar virus en humanos. Ya son útiles para análisis de PCR en el principal instituto de virología del país.

Fuente: Clarín

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