Hotelería en rojo e intentando ver la luz
2 minutos de lecturaLos efectos desbastadores por el Covid-19 se sienten de diferente manera; desde lo social, lo psicológico y hasta en lo económico. Hasta aquí no hay ninguna novedad en la presentación de esta editorial. Ahora bien. Muchos emprendimientos personales y comerciales han puesto el grito en el cielo por no poder solventar los costos de mantenimiento. El caso de los restaurantes, esparcimientos, lo cultural y la hotelería no están ajenas, pues los DNU directamente los sacan del circuito comercial, y no es que pueden realizar un espacio en el tiempo sin costos.
Los grandes hoteles en nuestra ciudad lo están sintiendo de manera muy marcada, pues mantener personal en blanco, con el techo que no permite despedir personal, y por otro lado tenerlo cerrado, realmente es un cóctel que cuando pase la tormenta, tomará su tiempo importante para la recuperación, pues hasta ahora desde el gobierno, no han obtenido ninguna ayuda que pueda amortiguar semejante perdida.
Un caso especial es Hotel Baló y el Gran Hotel Avenida, ese último una institución en plena manzana municipal que hace dos décadas apostó al mercado realizando 20 habitaciones más, (tal vez motivados por las últimas carreras de automovilismo y el comienzo de los encuentros de motos) pero que hoy tiene por todo lo comentado, las puertas cerradas. La gran incógnita es, hasta cuándo? Puede soportar un emprendimiento de estas características mantener una decena de empleados en esta situación? Sin dudas y entendiendo de cómo venia el mercado para los hoteles de más de 20 habitaciones, hay un futuro incierto que desmotiva el seguir.
Detrás de la pandemia, la solidaridad. Es así que detrás de toda la incertidumbre, la familia Candina que lleva adelante el Gran Hotel Avenida, ha ofrecido las 50 habitaciones, con sus camas, como alternativa en situaciones de emergencia por la pandemia del coronavirus, detalle que destaca sensibilidad ante la negativa atmósfera.