La Unión Europea pacta elevar del 40% al 55% la reducción de emisiones en 2030
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La Unión Europea está dispuesta a pelear por el liderazgo en la lucha contra el cambio climático, una carrera en la que hasta hace poco corría en solitario, pero a la que se han sumado con fuerza creciente China, Japón, Corea, Reino Unido y a partir de enero, con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, también Estados Unidos. El compromiso europeo parte con clara ventaja histórica y se ha reforzado con el acuerdo del Consejo Europeo, que ha terminado este viernes, de elevar del 40% al 55% la reducción de emisiones de gases con efecto invernadero en 2030 en relación con el nivel de 1990. Sin embargo, el pacto, considerado con un objetivo intermedio para alcanzar la neutralidad climática en 2050 (es decir, que las emisiones de gases de efecto invernadero a mediados de siglo sean solo las que puedan absorber los sumideros, como los bosques), requirió de toda una madrugada en blanco para vencer las duras resistencias de Polonia.
El apoyo unánime de los 27 socios de la UE al incremento del objetivo de reducción se ha logrado tras años de reticencias por parte de los países más dependientes de la producción de carbón, como Alemania y, en especial, Polonia. Los Gobiernos más reacios, empezando por el de la canciller alemana, Angela Merkel, se han ido sumando durante los últimos meses al objetivo del 55%. No era el caso todavía de Varsovia y de Praga, que la pasada madrugada seguían poniendo peros a las conclusiones que aceptaban la mayoría de los socios de la UE.
Fuentes comunitarias esperaban un debate menos complejo, al considerar que esa reducción del 55% era el punto intermedio entre un Norte que quiere acelerar la marcha y un Este que sigue arrastrando los pies. Un diplomático explicó que la UE volvía a estar a las cinco de la madrugada allí donde estaba en diciembre de 2019: con una Polonia que pedía hace justo un año asegurarse un monto de dinero derivado de la reforma del comercio de emisiones, pero que no se comprometía con seguir el ritmo del resto de los socios, cada vez menos dispuestos a pasar por caja para que el primer ministro Mateusz Morawiecki levante sus vetos. (fuente: Diario El País)