Seguirán desafiando al viento

(Por Flavio Iacomini)

Pleno otoño en la localidad de Comandante Nicanor Otamendi en el Partido de General Alvarado. El viento, soplaba fuerte con ráfagas que llegaban desde el mar, ahí cerca, a solo un par de kilómetros de la tierra de las grandes plantaciones de papa.

Una multitud en la cancha a la espera del gol del local que con su camiseta verde y roja a bastones no paraba de atacar, al igual que el viento. Faltaban minutos para terminar el partido y Facundo Maciel recibió la pelota de espaldas al arco, aguantó y alargó hacia la izquierda para que Enzo Puga, ingresara solo y definiera con todo el arco a su disposición para convertir el 1 a 0.

Ese día, de fines de abril de 2014, el campeón de la Liga Marplatense de Futbol volvía a caer por idéntico resultado ante un equipo florense que se anotaba un histórico logro deportivo, el mayor alcanzado hasta el presente por un club de la Liga de Futbol de Las Flores afiliada al Consejo Federal de AFA (otro importante había sido antes el titulo de la Federación del Este logrado por El Taladro, como me lo recordó mi amigo Sergio “Pichona” Loustau).

El pasado domingo 17 de Diciembre, en el estadio hoy bautizado “27 de Abril” ( ya se imaginan porqué) de las avenidas Avellaneda y Alfredo Vidal, la primera división de Ferrocarril Roca ganó la Copa de la Liga de Futbol, el tercer trofeo del año 2023 que la entidad madre del futbol local había puesto en juego. Antes, en este año, el mismo equipo había logrado el campeonato Apertura y Clausura con seis futbolistas en cancha que formaron parte de aquel plantel del ascenso.

El arquero Pablo Abrego, el defensa Luis Peón, los mediocampistas Emmanuel Tus y Luis María Suarez y los delanteros Facundo Maciel y Sergio Cenzano, siguen jugando en el club con toda la experiencia y vigencia que los ha acompañado en todos estos años. Todos los futbolistas nombrados se fueron en algún momento como refuerzos a jugar campeonatos en otras ciudades y después regresaron.

El presente, los encuentra de nuevo juntos, compartiendo vestuario y dejando cosas valiosas a los más jóvenes.

“Seguimos viviendo momentos y logros con quienes después de tanto terminaron siendo mis amigos” es lo que menciona y subraya el capitán Luis Peón en cada entrevista.

Sostener historias de vida en un mundo veloz, vertiginoso y tan volátil no es tarea sencilla en estos tiempos y tal vez sea bueno rescatarlas para poder contarlas.

Mientras el viento soplaba sin parar y hacia mucho frio, “Luquitas” Gauna, el más pibe de aquel día, trabó fuerte y le quito la pelota al más que bueno del zurdo Federico Garabain que atacaba por la izquierda y desde allí después salió la jugada.

A casi diez años, un grupo de esta generación inolvidable, se plantó de nuevo. El tiempo ha pasado y en breve ya vendrá otro otoño. El viento volverá a soplar y por otro año más, seguro que los seis, de nuevo juntos y con otros compañeros en el vestuario, lo seguirán desafiando.