Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Kansas realizó un estudio que arrojó luz sobre cómo las prácticas agrícolas orgánicas mejoran la capacidad del suelo para almacenar carbono. Este descubrimiento podría ser la clave para mejorar algunas prácticas que ayudarán a combatir el cambio climático. Los científicos compararon diferentes métodos de fertilización y concluyeron que los suelos tratados con estiércol o compost almacenan más carbono que aquellos que reciben fertilizantes químicos o ningún tratamiento. Pero lo verdaderamente sorprendente fue descubrir cómo ocurre este proceso.

Fuente: Uno