Federal B: Anótame esta en mi historia
5 minutos de lecturaFerrocarril Roca le ganó 2 a 1 a Kimberley de Mar del Plata. Sin merecerlo y bajo una lluvia torrencial fue perdiendo hasta el minuto 43. Facundo Díaz a los 44 y Lucas Gauna a los 47 convirtieron los goles del triunfo en un mediodía inolvidable para el fútbol florense.
Por Flavio Iacomini
Ya la cancha estaba difícil con el trajín y la llovizna de los primeros 45 donde Ferro había sido más que Kimberley . El aguacero del entretiempo y la torrencialidad de la lluvia durante todo el resto del encuentro, hizo que en este partido atípico, de charcos y pelotas levantadas para avanzar lo más que se pudiese, el conjunto de Mar Del Plata consiguiera la apertura a los 11 del segundo tiempo . Emiliano Fortete y su metro noventa y cinco , fue el que le puso el hombro a un centro que vino desde la derecha y que tras pegar en el defensor central albiverde se metió combado por sobre el arquero Cristopher Defeliche. Injusto pero previsible en una cancha enlodazada con un poco de piso firme solo en los extremos donde el agua no le había ganado la pulseada al pasto. Después, en la antesala de la locura ferroviaria, llegó primero a los 44 la zambullida de cabeza de Facundo Díaz para empatar el partido y luego el amor propio de Lucas Gauna para empujar a la red el segundo y desatar tanto festejo contenido en el arco que da al viejo frigorífico.
La primera división de Ferrocarril, en el mediodía de ayer domingo, se anotó uno de los mayores porotos en su novel historia en los torneos federales de ascenso. Kimberley de Mar del Plata, cayó ante un equipo que ya en Tandil, a pesar de la derrota, había lucido recuperado y en donde su técnico Fabián Blanstein se animó a meter mano con algunos cambios posicionales que funcionaron de acuerdo a lo planeado. Con la salvedad de realizar un mayor análisis por las condiciones del terreno de juego que puede caer esto en injusticia, los que estuvieron en la cancha vieron como Ferro fue mejor que el Dragón marplatense de principio a fin. Lo demostró en la actitud y ahí estuvo la diferencia final. Un primer tiempo donde los del fondo comandados por Leandro Villán recostado sobre la derecha y Facundo Díaz, como segundo central por la izquierda, marcaron a cara de perro y recuperaban pelotas para que Leandro Rodríguez y Jonatan Tello, como pudieran, entre el agua y el barro, fueran lo más criteriosos posibles a la hora de la distribución del juego. Kimberley incomodó mas sobre la izquierda de su ataque, por lo que ni Gerónimo Laphitzborde y Enzo Puga, los dos de gran partido, se descuidaron de Gonzalo Gómez y Marcos Rondanina, dos jugadores potentes y goleadores del equipo de la ciudad feliz. Por el lado de Ferro, la velocidad tanto de Elio Cabrera como de Tomás Blanstein, alcanzó para generar riesgo en cada aceleración por las bandas. Leandro Lázzaro, con una molestia muscular ( estuvo en duda y luego fue reemplazado), igual se las ingenió para tirarse un par de metros atrás, pivotear y también ganar en la gestación de tiros libres, que al igual que la lluvia cada mas incesante, caían sobre el área y que tanto los defensores de Kimberley y su arquero Gabriel Barucco se encargaron de despejar. Después del gol del equipo de la costa atlántica, en los charcos, se acrecentó la figura de Leandro Rodríguez. El capitán de Ferro, peleó cada pelota como si fuera la última y contagió a sus compañeros que buscaron todo el tiempo acercarse a los empellones al arco custodiado por Barucco. El arquero, contuvo abajo una pelota increíble a los 40. Dos minutos antes, también se había anticipado en un remate con destino de gol y luego le sacó un tiro libre al ángulo a Kevin Castells. Parecía que Ferro volvía a tener su destino marcado de no poder sumar ante ese puñado de hinchas que empapados no paraban de cantar y alentar. Leandro Villán, para coronar su gran partido, mandó un centro que se filtró como cuña en el área y Facundo Díaz, previo forcejeo con los defensores, metió el frentazo y empató el partido en la cornisa de llegada a los 44. Después, solo basta con imaginárselo. La lluvia torrencial, que hacía acordar a los Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, encontró en una jugada por la derecha a Kevin Castells ubicado para mandar la última bola al corazón del área. Y allí apareció Lucas Gauna, para anticiparse a todos, convertir y desatar una locura inolvidable de gritos , abrazos y lagrimas. Cuando el árbitro Yamil Enuel Marchesini dijo aquí se baja el telón a los 49, fue todo continuidad del festejo. Ferro, se la jugó y en tan solo tres minutos pudo cambiar su destino. Se anotó un porotazo en su historia. Lo merecíó por tanto esfuerzo.
Ferro: Cristopher Defeliche, Leandro Villán, Enzo Puga, Lucas Gauna, Leandro Rodríguez, Facundo Díaz, Tomás Blanstein, Gerónimo Laphitzborde, Leandro Lázzaro ( Facundo Maciel), Jonatan Tello (Kevin Castells), Elio Cabrera. Relevos. Gonzalo Núñez, Iván Garcete, Hernán Sotelo, Nahuel Tessitore, Lautaro Benítez. D.T. Fabián Blanstein. Ayudantes de campo: Eduardo Sandez-Matías Carrozzi. P.F: Fernando Muñiz. Médico: Carlos Urdaniz.
Kimberley: Gabriel Barucco, Emiliano Copens, Juan Cebada, Guido Lucero, Juan Briones, Emiliano Fortete, Marcos Rondanina, Patricio Rodríguez, Gonzalo Gómez, Matías Barreiro, Franco Mañas. Relevos: Santiago Reyes, Joaquín Solabarrieta, Lautaro García, Juan Rendón, Jeremías Cajais, Ezequiel Goiburu, Nicolás Baigorría. D.T: Mariano Mignini
Arbitro: Yamil Marchesini ( Chascomús ).
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