Magalí Triviño: «Él se acordó la mitad de la historia y yo la otra»
2 minutos de lecturaHace 38 años, una nena de 5 años le regalaba un par de guantes y una bufanda al soldado florense José Luis Dorney, quien hacía base en Puerto San Julián durante la Guerra de Malvinas. A pesar de los años que transcurrieron, esta historia marco la memoria de Dorney, quien después de mucho tiempo pudo ubicar y volver a charlar con Magalí Triviño, aquella niña con quien se había tomado una foto, tras el regalo. Hoy en FM Alpha charlamos telefónicamente con ambos, quienes volvieron a recordar esta emotiva y profunda anécdota.
Magalí, hoy de 43 años, detalló lo que sintió hace 38 años. “Yo con 5 años, mucho no recuerdo. Pero si recordé haber regalado una bufanda a un soldado, él me dijo que en realidad eran guantes. Pero después se dio cuenta que le regale las dos cosas. Él se acordó la mitad de la historia y yo la otra”, manifestó, para luego agregar “en aquel momento y con esa edad, no entendíamos la magnitud de lo que estaba pasando pero sabíamos que esos chicos no iban a jugar un partido de fútbol. Sabíamos que era grave. Lo vivíamos con angustia porque no sabíamos lo que podía pasar”.
Haciendo memoria de aquel contexto, Magalí relató “vivíamos cerca de donde nos sacaron la foto. Les llevábamos tortas fritas y pan casero a los soldados, para que pudieran comer. Cuando se daba el toque de queda, los bomberos hacían sonar las sirenas y mi mamá tapaba la ventana con una frazada horrible, porque la ciudad tenía que estar oscura. El pueblo estaba cerca de Malvinas y podía ser bombardeado. Incluso nos acostaban vestidos y el auto que teníamos estaba siempre con cosas, por si teníamos que salir de emergencia”.
Ante las palabras y la gran emoción de Magalí, llegó el relato de José Luis; quien expresó “esto es una emoción enorme. Cuando me dijeron que la habían ubicado, ya me empecé a emocionar. Ahora me sigo emocionando como la primera vez porque siempre recordé el momento. Cada año saco las fotos de lo que vivimos en San Julián y las cartas que nos enviaban”. “A mí me parecía algo utópico encontrarla, porque ni nombre teníamos. Pero Never Suarez siguió buscando hasta que la encontró”; describió. Seguidamente, contó “a mí me habían regalado una cámara. Yo no sacaba muchas fotos, pero andaba con la cámara a todos lados. Esta foto la guarde, junto a los guantes. Lo que perdí fue la bufanda”.