Mamá cultiva por su hijo
3 minutos de lecturaCarina Muñoz es una tandilense que se convirtió en «Mamá Cultiva» cuando comenzó a recurrir al aceite de Cannabis buscando una manera de que su hijo Bautista, quien padece Asociación de Charge, Epilepsia Refractaria y retraso madurativo severo, mejorará. Sobre esta importante lucha fue que habló con Fm Alpha.
«Hace cuatro o cinco años escuchaba y veía la tele o leía los artículos sobre este tema, pero nunca había fumado, no conocía siquiera la planta. Era algo totalmente ajeno», comenzó a relatar Carina para luego agregar «una vez lo atendió un doctor en La Plata, Nicolás Sarijulis, que me dijo que le preocupaban las convulsiones que a Bauti le agarraban mientras dormía. Eso queda ahí, me voy a Buenos Aires donde lo operan de columna, se infecta, estuvo bastante complicado así que estuvimos un mes internados y nos volvimos. Un día, mirando una revista veo que el doctor de La Plata había muerto y le hacían un homenaje por ser el primer neurólogo argentino en poner un amparo para recetar aceite de Cannabis a una paciente de él».
Para continuar con el relató, sostuvo «sabía que tenía mamás con hijos con patologías similares y que habían publicado artículos sobre el aceite. Buscando encontré una en Mar del Plata. Me comunique con ella y me dijo que cultivaba. Un domingo me llevaron a Mar del Plata, me dio unas plantas y así empecé». «Recurrí a amigos para saber cómo era el proceso. Empecé a leer, a hacer talleres, a ver dónde comprar semillas. Durante dos o tres meses, gente de Mar de Plata me podían dar el aceite hasta que mis plantas florecieran», remarcó.
Aparte, sobre las mejorías que observó en su hijo de 18 años luego de comenzar con el tratamiento, Carina expresó «mi mamá estaba totalmente en contra y a los médicos no les dije para no comprometerlos en algo que ellos no saben. Durante dos días dormía al lado de él y empecé a ver que no tenía convulsiones. Una mañana la enfermera que lo cuida me dijo que Bautista tenía otra mirada. El no te miraba. Ahora te mira, te sonríe, se conecta con otras personas, juega con otros nenes, agarra objetos. Para otros es algo cotidiano, para mí es un milagro».
Refiriéndose a la ley que se sancionó hace un año, la mamá aclaró «la otra vez me encontré con una ingeniera agrícola y me contó que no la dejan cultivar porque es algo ilegal. Queremos cultivar y hacerlo de manera legal (…) yo no puedo tener una sola planta, tengo que tener distintas genéticas porque mi hijo se resiste a eso. Cada treinta o cuarenta días rotó la genética y eso funciona; pero no es un proceso fácil o rápido». «No lo veo al Estado dando aceite de Cannabis y menos para chicos con enfermedades como la epilepsia Refractaria. Hay demasiados intereses económicos. En internet hay gente que vende aceite a mil quinientos pesos. Los padres no nos ocultamos. Pero nosotros tenemos que estar escondidos y hay gente que vende libremente así que no sé si es el miedo a la ilegalidad. Es una medicina futura», concluyó.