¿Por qué no se hizo acto oficial en homenaje a Martín M. de Güemes en Las Flores?
6 minutos de lectura
En las vecinas localidades de Saladillo y Azul, hubo acto oficial. Ayer, 17 de junio se cumplieron 203 años de la muerte de un héroe de la independencia que, con su ejército de gauchos, rechazó 6 invasiones españolas al norte argentino, lo que ayudó en el éxito de San Martín en su campaña libertadora.
Con un reconocimiento tardío por parte de los argentinos, no siendo por aquella ley que el Congreso sancionó para recordar el día de la muerte del general salteño como una fecha patria. En este sentido, en el Boletín Oficial se anunció hace catorce años atrás la modificación del decreto 1.584/2010, que incorpora «como feriado nacional y día no laborable en todo el territorio de la Nación el 17 de junio de cada año, en conmemoración al paso a la inmortalidad del General Don Martín Miguel de Güemes”.
Por esto, y como sucede desde 2016, se conmemorará el Paso a la inmortalidad del General Don Martín Miguel de Güemes.
Un Poco de Historia: ¿Quién fue Martín Miguel de Güemes?
Martín Miguel de Güemes fue un militar, político y prócer argentino que luchó en el Norte por la independencia de la Argentina. Nació en Salta el 8 de febrero de 1785. Sus padres eran Gabriel de Güemes Montero, nacido en Santander, España, y María Magdalena de Goyechea y La Corte, jujeña.
Realizó sus estudios en la misma ciudad que lo vio crecer, y continuó con su educación superior desde su casa, junto a sus hermanos, por medio de educadores pagados por su padre.
A inicios de 1799, con tan solo 14 años, se incorporó como cadete de la séptima Compañía de III Batallón del Regimiento de Infantería de Buenos Aires, que tenía su asiento en la Ciudad de Salta. En 1806 fue enviado con su regimiento a Buenos Aires por motivo de las invasiones inglesas, y actuó en la defensa. Según algunos historiadores en esta ocasión, Güemes se desempeñó como ayudante de Liniers.
También participó en la Guerra de la Independencia y en las Guerras Civiles. Fue gobernador de Salta durante seis años y lideró la llamada Guerra Gaucha, defendiendo al país de las invasiones realistas.
Su actuación fue importante, ya que sin su resistencia, no hubiera sido posible defender el norte del país después de tres derrotas, ni hubieran sido posibles las campañas de San Martín. Bajo su mando, las ciudades de Salta y Jujuy y su campaña defendieron al resto de la Argentina sin ayuda exterior.
En la noche del 6 al 7 de junio de 1821, una columna realista guiada por un traidor sorprendió en Salta a Güemes, hiriéndolo de gravedad y provocando su penosa huída hasta Cañada de la Horqueta, donde murió diez días más tarde. Güemes falleció en un catre a la intemperie cuando tenía 36 años. Es el único General que murió por heridas recibidas en combate durante la guerra independentista.
«Voy a dejarlos, pero me voy tranquilo, porque sé que tras de mí quedan ustedes, que sabrán defender la patria con el valor del que han dado pruebas” fueron unas de sus últimas palabras antes de fallecer el 17 de junio 1821.
Las hazañas de Martín Miguel de Güemes, el general gaucho que rechazó media docena de invasiones españolas
Donde está emplazada la Torre de los Ingleses, en Retiro, en la época de la colonia eso era río. Durante la primera invasión inglesa, el buque de 26 cañones Justina se ocupaba de bombardear a la ciudad. El 12 de agosto de 1806 por la mañana, Santiago de Liniers ordenó neutralizarlo.
Al mando de un pelotón de Húsares, un joven de 21 años lo obligó a rendirse, aprovechando que una bajante de las aguas lo mantenía inmovilizado. Fue así como un barco inglés fue tomado por un grupo de jinetes. Ese joven era el salteño Martín Miguel de Güemes, quien en su corta vida se transformaría en el adalid de la guerra gaucha.
Su regimiento había sido convocado cuando los británicos se apoderaron de Buenos Aires en 1806. A comienzos de abril de 1808 solicitó licencia y permiso para regresar a Salta al enterarse del fallecimiento de su padre. Además, el clima húmedo de Buenos Aires lo estaba enfermando. En la capital de virreinato haría amigos para toda la vida, como fue el caso de los Pueyrredón.
Cuando estalló la Revolución de Mayo, se movió para prepararle el terreno al ejército que había salido de Buenos Aires hacia el norte. Le habían dado la misión de patrullar la quebrada de Humahuaca. Como una suerte estímulo, fue ascendido a capitán al considerarlo “un oficial infatigable”.
Tuvo un papel determinante en la victoria patriota en Suipacha, el 7 de noviembre de 1810, aunque curiosamente no fue mencionado en el parte de batalla, posiblemente por haber disentido con los jefes. El había propuesto perseguir a los españoles y terminar de aniquilarlos, cosa que no se hizo.
Una cuestión de polleras
Fue por un escándalo del que Manuel Belgrano se arrepentiría que fue separado del Ejército del Norte en junio de 1812. Es que Güemes convivía con una mujer casada y, aparentemente, vivían junto al esposo quien aseguraba que el salteño lo había amenazado de muerte si denunciaba la situación.
Acusado por Belgrano de llevar una vida licenciosa, fue enviado a Buenos Aires. Muchos se habrían lamentado que, con Güemes al lado de Belgrano, posiblemente los resultados de Vilcapugio y Ayohuma hubiesen sido otros.
Pero esa suerte de destierro le vino bien: en la ciudad conoció a José de San Martín, y ambos armaron una dupla perfecta. Tiempo después Belgrano reflexionó, ya más sereno, y terminaron con Güemes como grandes amigos.
El salteño se reincorporaría al Ejército del Norte cuando San Martín se hizo cargo de su jefatura. El vencedor de San Lorenzo lo reconoció como un líder y lo puso a cargo de las avanzadas del Río Pasaje. El 29 de marzo de 1814 fue llamado “benemérito” por San Martín cuando derrotó a los realistas en la ciudad de Salta. “Los gauchos de Salta, solos, están haciendo al enemigo una guerra de recursos terrible…”, escribió el Libertador.
Para entonces, las acciones de Güemes en el norte habían elevado la valoración del término “gaucho”, que hasta entonces remitía a algo peyorativo. Tuvo a maltraer a los españoles comandados por Joaquín de la Pezuela, a quienes atacó en distintos puntos en las provincias de Salta y Jujuy. El Directorio lo ascendió a coronel graduado del Ejército y jefe militar en Tucumán y Tarija.
Al mando de sus gauchos, “los infernales” como se los conocía, el 14 de Abril de 1815 derrotó a la vanguardia del ejército enemigo en Puesto del Marqués. Tuvo serios enfrentamientos con José Rondeau, jefe del Ejército del Norte, a raíz de los cuales Güemes se fue con sus gauchos, pasó por Jujuy, donde se apoderó de valioso armamento. Rondeau lo declaró traidor, pero los hechos se precipitaron vertiginosamente. El director Carlos María de Alvear había caído por la sublevación de Fontezuelas y Güemes tenía otros planes: derrocar al gobierno conservador de Salta. Para ello, contaba con la colaboración de su hermano Juan Manuel, funcionario del cabildo local, que movió los hilos para que el 6 de Mayo de 1815 el cabildo local lo nombrase Gobernador de la Intendencia de Salta, un extenso territorio que abarcaba las actuales provincias de Salta y Jujuy, y Tarija.
La esposa que vivió la guerra junto a Güemes
Güemes aún no se había casado. Le habían presentado a Juana Manuela Saravia, hija de uno de sus mejores amigos, pero a la joven no le gustó el salteño. Fue su hermana María Magdalena Dámasa, familiarmente apodada Macacha, quien le presentó a María del Carmen Puch y Velarde, una chica de 18 años, rubia, de ojos azules, cuyo padre le conseguía los caballos a Güemes. Se casaron el 15 de julio en la Catedral de Salta y tuvieron tres hijos: Martín (que llegaría a gobernador), Luis e Ignacio.
